A UN AÑO DE LA TRAGEDIA DE CORRAL
El 24 de marzo de 2020, pasadas las
21 horas, colisionaron en la bahía de Corral la barcaza Comau y la embarcación pesquera
Victoria. Un dramático incidente con un fatal desenlace: luego de un par de horas
de infructuosas maniobras de rescate -consideradas ineficientes por los familiares
de las víctimas-, seis de los siete tripulantes de este último navío perdieron
la vida.
Al cumplirse un año del suceso, Claudia
Pitrullanca e Isabel Vergara, hija y pareja (respectivamente) de dos de los mártires,
narran los difíciles momentos vividos ese día. Testimonios duros y
desgarradores, pero muy necesarios atendiendo el llamado de los deudos para
agilizar la investigación, esclarecer los hechos, y establecer
responsabilidades.
Por esa fecha comenzaba
a regir el toque de queda en todo el país producto de la indeseable pandemia. “Estado
de Excepción” que marcaba el inicio de una crisis sanitaria que alertaba a toda
la población.
En Corral,
siete pescadores artesanales salían -como siempre- a ganarse la vida al mar. Misma
tripulación que hace más de cinco años compartían labores y que hace muy poco
habían renovado su embarcación. Ahora, con la “Victoria” surcarían el futuro.
En la noche,
una inesperada noticia impactaba profundamente… “Me enteré por un WhatsApp del
deportivo del hospital donde trabajo y por un audio de una comunicación por
radio donde decían que había colisionado una embarcación menor con una barcaza.
Como las 21:20 horas escuché ese mensaje, y cuando informaron sobre siete
ocupantes, yo dije: ‘es mi papá’”. Ahí
bajé de mi casa y me junté con una hermana de otro tripulante que tiene auto,
la pasé a buscar y en realidad salimos sin rumbo, porque no teníamos idea de
nada. Nos fuimos al muelle de carga donde los chicos llegaban siempre y no encontramos
nada; nos devolvimos y fuimos a la Capitanía de Puerto donde tampoco nos informaron
nada, solamente dijeron que recién habían enviado una lancha para ver qué
pasaba y que estaban a la espera, pero sí nos confirmaron que era la Victoria,
donde estaban los chiquillos”, detalla Claudia el duro momento en que se enteró
del grave accidente que, lamentablemente, terminó con la vida de su padre, Gastón
Pitrullanca.
Isabel, pareja
por más de 7 años de Jorge Martínez, recibió la noticia en un contexto muy
similar. “Luego del WhatsApp, una colega, que era hermana de uno de los chicos
que falleció, dijo ‘chocó una embarcación
mayor con una menor’… y por la hora y las circunstancias, me desesperé inmediatamente.
Recuerdo que tenía a mis hijos con pijama, porque fue a las nueve y media más o
menos que me enteré. Enseguida me desesperé, me volví loca, por así decirlo.
Llamé a mi mamá para que se vaya a quedar con mis hijos y así poder ir al
muelle para saber qué pasaba. Fui inmediatamente con las otras familias y todos
los vecinos, porque el accidente ocurrió ahí mismo, en la bahía”.
-Un dramático momento, muy difícil, considerando que estaban en el
lugar de los hechos con sus familiares aún con vida.
Claudia Pitrullanca (C.P): “Era desgarrador ver cuánta gente quería
ayudar, teniendo los conocimientos para hacerlo, y que no se lo permitieron.
Era una locura colectiva. Una sensación horrible, porque incluso el buzo que
sacó a los chicos ni siquiera era de la Armada; fue un buzo de la caleta que
les pidió a ellos que por favor le prestaran un tanque de oxígeno, porque
estaba buceando con manguera y ésta se enredaba y no le permitía trabajar, y no
quisieron facilitárselo. Entonces, independiente de la inoperancia de la
maniobra, fue terrible toda la ejecución, todo lo que desencadenó en cuanto a
orgullos propios, porque siempre sentí que la Armada quiso decir: ‘rescatamos siete vidas, aquí están’; pero
cuando se vieron superados, entregaron el mando a los pescadores artesanales
que, finalmente, fueron quienes sacaron a los chicos, lamentablemente, muertos.
La marítima se hizo a un lado en ese momento, y fueron los mismos pescadores,
con bomberos y chicos de Corral, quienes los extrajeron de la embarcación.
Primero sacaron a uno y dijeron que estaba vivo, porque dio su último respiro
arriba del agua. Fue terrible. Todavía me cuesta entender por qué está tan
silenciado el caso. Sé que nos pilló la pandemia y que hay cosas que son muy
relevantes, pero encuentro absurdo que hayan muertos seis personas de una
manera tan trágica, y tan cerca. Yo escuchaba una transmisión en vivo en donde se
oía cómo los chicos golpeaban un fierro para que los sacaran. Estaban
desesperados. Murieron ahogados, pero no porque estaban en alta mar o por un
temporal, no, murieron porque no los recataron a tiempo”.
Isabel Vergara (I.V): “Era todo un pueblo pendiente. Todo Corral,
todo Niebla. Cuando a nosotros nos cruzaron pasada la medianoche diciendo que
iban a comenzar las maniobras de rescate y que los iban a sacar vivos -porque
estaban todos con vida-, me acuerdo que mi hermana que vive en Valdivia me
llamó porque iban a trasladar a los chiquillos al hospital regional, por lo cual
le pedí que llevara hasta allá seis calcetas, seis poleras, seis buzos,
etcétera… Y nada de eso ocurrió. Cuando llegamos a Niebla ni siquiera había un
buzo u oxígeno en el agua. No había nada. Llegaron seis ambulancias, ¿pero qué
sacaban con eso, si ni siquiera había un médico o un enfermero para hacerles
reanimación? Yo pienso que la Armada siempre quiso sacar cuerpos, no personas
vivas, porque pasaron muchas horas. ¿Cómo se van a demorar tanto en un rescate
estando ahí mismo? Los familiares de pescadores tenemos como una resignación cuando
hay naufragios mar adentro, pero ellos murieron aquí, al frente de nuestras
casas. Nosotros vemos todos los días esa barcaza, y cuando vamos a Valdivia
tenemos que pasar sí o sí por donde fallecieron nuestros seres queridos. Es
difícil, porque nosotros tenemos que sanarnos para no criar con odio en nuestros
hijos, porque al final, igual es una rabia contra la marítima, contra la
barcaza; pero tampoco uno lo puede andar recalcando a cada rato, porque uno
tiene hijos que son el fruto de uno”.
CUESTIONADO RESCATE
-Por lo que manifiestan y por las declaraciones vertidas luego del
fatal desenlace, claramente consideran inoperantes las maniobras de rescate.
¿Qué nos pueden decir hoy al respecto, con la distancia del tiempo y con las
emociones más calmas?
(C.P): “Nosotros estuvimos hasta cerca de las 12 de la noche en el
muelle de Corral, y después nos trasladamos a Niebla, hasta el lugar de los
hechos. Nos llevó una barcaza de Corral con un ocupante por familia y un
acompañante, porque había que sacar el salvo conducto correspondiente. Era todo
muy complejo. Estuvimos presentes en toda la maniobra de rescate, donde había
gente de la Armada, Carabineros, ambulancias y personal del Samu. Tenían el
barco de los chiquillos a unos cuantos metros de la orilla, y al lado de
nosotros habían muchos pescadores que sabían, realmente, lo que había que hacer,
y les pedían a la Armada que por favor los dejaran realizar la maniobra, les
decían que había que levantar, que había que poner guinchas, que había que sacar
a flote la lancha primero y después cortar y todo eso; pero jamás le hicieron
caso. La única información que nos entregó la Armada en Niebla a través del capitán
de puerto de Valdivia, de apellido Risco, fue: ‘bueno, hasta el momento sólo le podemos decir que no tenemos nada
concreto’; ésa fue la información que nos dieron como a la 1 y media de la
mañana. También le pregunté por qué no tomaban una lancha e iban a ver, porque hasta
último momento –por las transmisiones en vivo que se hacían- los chicos
golpeaban desde adentro, es más, cuando sacaron a mi padre del agua, todavía tenía
leves signos vitales después de cinco horas”.
(I.V): “Ni siquiera hubo maniobras. Se supone que en la marítima
estudian y se preparan para estar en el mar, pero no tenían ni siquiera un protocolo
de salvataje en la bahía. Fueron bastante inoperantes y dejaron mucho que
desear. Hubo mucha gente a esa hora, pescadores artesanales, buzos,
mariscadores que agarraron sus pequeñas embarcaciones y que querían ayudar,
pero no los dejaron pasar. A ellos (tripulantes de la Victoria) los arrastraron
mucho y no era necesario hacerlo, podrían haberlos varado en la playa con esa
tremenda barcaza que los chocó, y no arrastrarlos por casi dos horas y haberlos
llenado de agua, sacándoles, de esta manera, la burbuja de aire que les
quedaba. Ellos tocaban desde el barco y los cabros arriba les decían ‘aguanten, aguanten’. Obviamente la
maniobra de arrastrarlos fue ordenada por la Armada, y cuando la barcaza vio
que ya había pasado mucho tiempo y no podía con la operación, les dijeron a los
pesqueros que estaban ahí para ayudar, que levantaran la Victoria; pero al
retirarse la barcaza, pusieron el motor a toda marcha lo que provocó que la
lancha (Victoria) saltara hacia arriba y cayera con todo al mar. Ahí fue, creo
yo, que a los poquitos que resistieron, se les terminó el oxígeno”.
JUSTICIA
-Claudia, mencionó anteriormente que el caso está “silenciado”. ¿Podría
explayarse un poco más acerca de esto?
(C.P): “Más que todo, pienso que si esto fuera más mediático nos
favorecería para tener respuestas. Nosotros
nunca vamos a recuperar a nuestros familiares, eso lo tengo súper claro, y ya llevo
once meses haciendo un trabajo de superación, porque a mí me costó mucho
entender que mi papá muriera tan repentinamente y de una manera tan dramática.
Yo tengo súper claro que la marítima fue la responsable de las muertes, no
estoy hablando de la colisión, que de paso, nunca vamos a saber qué pasó realmente
en ese momento, materia que está dentro de las diligencias que realiza el
fiscal. Si los chicos hubiesen muerto por el impacto, hubiese sido muy diferente,
pero estuvieron vivos, por lo menos cuatro de ellos, hasta último momento. Reanimaron
a cuatro. Incluso al recibir la autopsia de mi papá, indicaba que tenía muy poca
agua cuando falleció”.
-¿Piensa que los tripulantes de la Victoria se podrían haber
salvado?
(C.P): “Por supuesto, por supuesto. Siento, como lo he mencionado, que
se juntaron los orgullos propios más allá de todo, o sea, el no haberles hecho
caso a los pescadores que querían rescatarlos. Entiendo que los funcionarios de
la Armada tienen preparación, pero no es suficiente para hacer un rescate de
esa magnitud. No tenían ningún tipo de instrumentos para rescate, incluso, incluyeron
dentro de las maniobras a la misma barcaza que había colisionado con los
chicos, a ellos les pidieron apoyo; cómo se les puede ocurrir pedirle apoyo a
una barcaza que había chocado con una lancha, donde iban muchas personas conocidas
da de los chicos, que en cuanto supieron quiénes eran las personas que estaban
debajo del agua, entraron en shock”.
-¿Este es un pensamiento compartido por los demás familiares de las
víctimas?
(C.P): “Por supuesto. Nosotros tenemos un grupo muy bien formado y unido.
Además nos conocemos desde hace mucho tiempo, y todo esto nos hace compartir
nuestro dolor, la parte legal. Creo que todos sentimos lo mismo: si la Armada
hubiera cedido un poco, si hubieran entregado esa lancha una hora antes, los chicos
estarían vivos”.
-La Armada abrió una investigación sumaria por el accidente… ¿Ustedes
saben el resultado de ésta? ¿Les han dado alguna información al respecto?
(C.P): “No, nada. Sabemos que se hizo una investigación sumaria, y que
las conclusiones y el resultado del fiscal, supuestamente, iban a estar en
octubre, pero con todo lo de la pandemia entendemos que todo está funcionando más
lento. Pero no hemos tenido ninguna aclaración, ni siquiera se han comunicado
con nosotros en ningún momento, sólo cuando hemos hecho manifestaciones o
caravanas”.
-Isabel, hace unos minutos dijo que frente a todo lo acontecido,
necesitan sanarse. En lo personal, ¿qué es lo que precisa para logarlo?
(I.V): “Justicia. Porque aquí hubo personas a cargo de la maniobra
de rescate que están tranquilas en sus casas, mientras nosotros todavía tenemos
mucho dolor, pena, rabia, porque se cumple un año y ni siquiera tenemos
respuestas del fiscal sobre la investigación. Todos vimos lo que ocurrió,
incluso hay grabaciones donde ellos tocan desde la embarcación, lo que da
cuenta que estaban vivos; ¿y después los sacan muertos? Creo que vamos a tener
un poco de paz y tranquilidad cuando nos digan quiénes fueron los responsables
y se les otorgue un castigo, quizás no va a ser la cárcel, pero por lo menos
que no trabajen más en la Armada, que los bajen de sus funciones, porque sus
maniobras fueron completamente inoperantes. Seis personas y seis familias
quedamos sufriendo. Un dolor que va a estar presente siempre, por más que uno
siga haciendo su vida, entre comillas, normal”.
-¿Cree que sucederá lo que manifiesta?
(I.V): “De pronto a nosotros nos da lata, porque sentimos que el
tema va a quedar hasta ahí, porque no hay avances, no hay más información en la
carpeta investigativa y, supuestamente, ya investigaron todo. Toda una
comunidad fue testigo de la maniobra de rescate, no es algo que yo solamente o mi
compañera hayamos visto, fue un pueblo entero, personas que estaban
transmitiendo en vivo y que vieron todo. Creo que voy a tener un poco de paz y
tranquilidad en mi corazón cuando me digan que los culpables van a pagar.
Fue demasiado
terrible. Jorge salió sin polera y lleno de petróleo, por lo que me da la sensación,
conociendo su perfil, que él buscó la salida. Lamentablemente, nunca vamos a conocer
la versión de ellos”.
MULTITUDINARIO APOYO
-Frente a la dura tragedia han habido muchas personas y voces de
aliento, ayuda, contención… Imagino que
ha sido importante para ustedes.
(C.P): “Así ha sido hasta el día de hoy. No tengo nada que decir de
nuestra comuna. Hoy día (16 de febrero), incluso, en Corral hubo una situación
en particular: fue el presidente Piñera a la localidad y causó gran revuelo, y
los chiquillos se organizaron y trataron de hablar con él, fueron con carteles
y no tuvieron acceso. Sólo querían darle a conocer el caso, porque como le
digo, nosotros lamentamos que esté tan silenciado todo.
Agradecida de
mucha gente, no sólo de Corral, de los pescadores artesanales, de gente de
Niebla, de Los Molinos. La comunidad de Corral siempre está para apoyarnos en
todo”.
(I.V): “Mucha gente. Prácticamente todo Corral quiere justicia. Esa
noche del accidente fue un dolor inmenso. Nadie durmió. Mi mamá dice que a mi
casa llegaron cerca de ochenta personas cuando pasó esto. Yo estaba en Niebla,
y en Valdivia me quedé con mi hermana. En Niebla también, porque como es una
zona de puros pescadores, los chicos eran bien conocidos, sobre todo Jorge, que
jugaba a la pelota allá y trabajaba con los chiquillos. Creo que una ciudad
entera está pidiendo justicia.
Le agradezco a
todas las personas, a toda la comunidad de Corral, a todos los que con una
palabra de aliento, un mensaje, un letrerito, nos brindaron su apoyo. Es muy
importante para nosotros. Muchas gracias por encender velas por cada mes que
cumplen los chiquillos, por cada conmemoración. Sin todas estas personas sería
todo mucho más difícil. Yo tengo a mis hijos, a mi mamá y a mi hermana, una familia
muy pequeña, entonces, mi madre se queda con mis hijos para yo poder salir a las
conmemoraciones, a trabajar; y sin el apoyo de las personas, de la comunidad,
no sería lo mismo. Gracias de todo de
corazón a toda la gente que nos ha apoyado siempre y que lo sigue haciendo”.
HASTA SIEMPRE… EL INDELEBLE RECUERDO DE JORGE MARTÍNEZ Y GASTÓN PITRULLANCA
“Jorge fue una
excelente pareja, un excelente padre, un buen amigo. Siempre se dice que cuando
las personas fallecen se les encuentran todo bueno, pero en vida siempre le
decía que era pulento, que era muy bacán. Nosotros alcanzamos a estar juntos 7
años y medio, tiempo en que formamos nuestra familia y hogar. Él era muy buen
padre, y me duele mucho que nuestro hijo más chiquitito, que tenía 1 año cuando
falleció, no va a crecer con él, no lo va a ver nunca más. A mi hija de 9 años
todavía la tengo en tratamiento. Es muy doloroso todo”, expresa Isabel Vergara.
“Soy hija única y fue un
excelente papá y ser humano. Fue una persona muy buena. Después del accidente
muchas personas me han contado cosas de mi padre que yo no sabía. Hay mucha
gente que me dice ‘oye tu papá siempre
que me veía me ayudaba’; una chica que vive frente a la enfermería y que
viajaba frecuentemente a Valdivia, me dijo: ‘siempre
me pillaba tu papá a las siete de la mañana y me decía no te puedo dejar sola
porque yo tengo una hija y no me gustaría que ella ande sola en la madrugada, y
nunca me dejó sola’. Son cosas que han sido muy importantes para mí, para
llenar el vacío que tengo. Él fue como un padre para mi hija de 12 años y fue
una imagen paterna súper potente. Fue muy bueno y solidario. Es un vacío que
jamás se llenará, pero sí reconforta saber lo bueno que fue. Un excelente
esposo, mi mamá está inválida y él siempre la cuidó, la bañó, la levantaba, le
hacía su comida; la cuidó todos los días y siempre estuvo con ella. Para
nosotras tres fue una pérdida enorme. Ni siquiera quería trabajar fuera de
Corral porque no quería dejarnos solas. Entonces yo estoy segura que dio la
batalla hasta el final, porque no quería dejarnos solas. Estoy segura que dio
una tremenda batalla”, rememora Claudia Pitrullanca.
QUERELLA POR CUASI DELITO DE HOMICIDIO
Los familiares de las víctimas interpusieron
una querella por cuasi delito de homicidio en contra de quienes resulten
responsables por el fallecimiento de los seis tripulantes. Al respecto, Claudia
Pitrullanca indica que “nosotros tenemos un equipo de abogados trabajando, con
los cuales interpusimos esta querella unos seis meses posterior a la tragedia.
Por ahora estamos a la espera de los resultados. Las diligencias se están
haciendo, la parte investigativa ha ido lenta pero ha avanzado. Estamos a la
espera que el fiscal nos dé el resultado de la investigación”.
LAS SEIS VÍCTIMAS
Jorge Martínez, Raúl Mayorga, Franco Medina, Roberto Vargas, Manuel Jesús Garcés y Gastón Pitrullanca.