ENTREVISTA: JORGE OYARZO, PERIODISTA NO VIDENTE

“FALTA APOYO A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD”
EL COMUNICADOR SOCIAL COMENTA PARTE DE SU VIDA Y LAS VICISITUDES QUE LE HA TOCADO VIVIR EN UNA SOCIEDAD QUE, SEGÚN SU PERSPECTIVA, NO SE ENCUNTRA 100 POR CIENTO PREPARADA PARA AFRONTAR CON PROFUNDIDAD LAS CAPACIDADES DIFERENTES.
TAMBIÉN SE REFIERE A SU PASO POR LA ESCUELA DE PERIODISMO DE LA UACH, DONDE FUE EL PRIMER ESTUDIANTE CIEGO DE LA PROFESIÓN EN CHILE, Y A SU ACTUAL LABOR EN RADIO BÍO BÍO Y EN LA ESCUELA ANN SULLIVAN.
La voz de Jorge Oyarzo ya es característica en radio Bío Bío. El periodista valdiviano llega en la tarde y por lo general abandona el recinto cerca de las 10 de la noche. En las mañanas el rol de comunicador social lo cambia por el de docente de la Escuela de Discapacitados Ann Sullivan, donde enseña el uso de un software que permite a los no videntes navegar por internet, mientras una voz en español va leyendo los contenidos y actualizaciones.
Y es que para Jorge la ceguera nunca ha sido un impedimento, y espera también que para sus pupilos no lo sea. Comenta que debido a problemas cuando era recién un bebé, perdió gran parte de su visión: “yo nací a los 6 meses, por ende me tuvieron que colocar en una incubadora con oxigeno para poder mantenerme con vida. Para cuidar los ojos de los recién nacidos ocupan unas antiparras, sin embargo, a mí no me las colocaron, lo que me produjo una ceguera total en el ojo izquierdo, y cerca de un 15% en el derecho. En el año 1985, mientras estaba jugando a la pelota con mis amigos en el barrio me llegó un pelotazo en la cara, justamente en el ojo y eso me significó que ya pasados unos 3 meses no viera nada”.
No fueron tiempos fáciles para Jorge, pero ello no impidió que siguiera adelante, especialmente con sus estudios, cuando ingresó al Liceo Armando Robles, que como él define, fue su primer “proceso de integración, donde estuve como única persona con discapacidad visual en un entorno de gente sin ningún problema físico. Allí estudié hasta 4° medio, donde egresé en 1993. Cuando estaba en 4° medio me acerqué a la Escuela de Periodismo, viendo qué posibilidad había de que me pudiera incorporar”.
Recuerda que el director de Escuela de ese entonces le comentó las dificultades que tendría su ingreso a una Universidad que no contaba con los medios como para efectuar una enseñanza diferencial. “La carrera era relativamente nueva, por ende todos los recursos estaban abocados a implementación. Sin embargo, pasado el tiempo, asumió otro Director, con quien conversé nuevamente y me autorizó, luego de que una comisión se reuniera a evaluar el tema”, cuenta.
A pesar de que el primer paso estaba dado, Oyarzo comenta que hubo factores que no fueron fáciles de afrontar una vez ingresado a la UACh, donde posee la marca de haber sido el primer alumno ciego que estudiaba la carrera de Periodismo en Chile. “Uno puede entender que exista desconocimiento por parte del común de la gente con el tema de la discapacidad, pero nunca piensas que docentes de la Universidad te iban a discriminar por tal condición. Recuerdo que un profesor, al cual prefiero no nombrar, me dijo que si quería ser locutor no tenía para qué pasar por una institución de educación superior. Además se cuestionó si yo iba a poder trabajar en prensa escrita. Les señalé que existía un software que aún no había llegado a Chile para ese entonces, pero que permitía a personas con discapacidad visual acceder a información escrita”, esgrime Jorge.
Acota que con el pasar de los años se fue adaptando la malla curricular de la carrera, tomando más en consideración aspectos como la utilización de la voz u otras áreas que pudiera potenciar en pos de materias como diseño gráfico, fotografía o televisión, aunque enfatiza que el ramo de Televisión I lo hizo, aunque se tratara en gran parte de teoría.
En ese aspecto, el periodista es enfático al referirse que en el país aún falta mucho trabajo por hacer para mejorar y equilibrar la vida de las personas que presentan algún problema, especialmente en el ámbito de la inserción laboral. “En Chile las leyes se cumplen poco… Hecha la ley, hecha la trampa dicen por ahí. Lamentablemente no existen políticas claras para la integración de personas con discapacidad. Uno puede observar que un porcentaje alto de personas con alguna imposibilidad en Chile no están estudiando o tienen muchas dificultades. Los esfuerzos que se han realizado en la práctica no han sido exitosos. Desgraciadamente la educación chilena en torno a la integración está al debe, al igual que la sociedad. Esto pasa, insisto, porque no hay políticas claras en torno a la información que se genera. En ese punto, quienes entienden mejor el tema son las personas, las familias que viven diariamente con alguien que tiene esta condición. Ellos conocen mucho más las reales capacidades. Tú tienes acá una limitación, un sentido o una extremidad, pero cuentas con una serie de otras habilidades que puedes potenciar y explotar. No veo que las autoridades y el mundo empresarial esté con nosotros, ni siquiera se aparecen cuando hay alguna actividad oficial, y salvo contadas excepciones, lo hacen para la foto y nada más”.
A pesar de lo antes expuesto jamás ha significado, según relata Jorge, problema o una especie de barrera que tirara para abajo sus ilusiones, es más, siempre adoptó una actitud positiva para conseguir sus propias metas.
ROL SOCIAL
Luego de finalizada su educación en la UACh con la tesis sobre Integración Laboral de Personas con Discapacidad Visual en los Medios de Comunicación, vino la parte laboral, y fue la radio BioBio quien le dio la oportunidad, aunque acota que fue tratado de igual a igual desde un comienzo. “Cuando llegué me dijeron que si era bueno me quedaba y si no simplemente me iba, porque era una institución de calidad. Y es algo totalmente lógico. Cuando uno no funciona en su trabajo se va”.
En ese sentido sólo tiene palabras de agradecimiento, al igual que para sus colegas quienes lo saludan en la calle, o cada vez que hay que aportar un dato lo hacen.
Luego de un paso por Los Ángeles, también en la BioBio, tuvo la oportunidad de volver a su ciudad natal. “Partí solo a la 8ª región y creo que fue un gran paso en mi carrera. La radio me atrae mucho y en especial la parte social, el poder ayudar a las personas a resolver sus problemas me satisface. Me gusta el hecho de escribir noticias, pero donde más me siento cómodo es cuando puedo ayudar, y en ese sentido creo que la radio es un buen medio para conseguir cosas, el impacto que se genera es fuerte, y ese rol social se ha mantenido hasta hoy día”.
Mismo rol que realiza en la Escuela Ann Sullivan, donde reconoce que sin ser pedagogo tiene basta experiencia en software para personas ciegas. “Lo que hacemos acá se basa en un proyecto de 2 años para rehabilitación de adultos. En lo particular trabajo con 10 personas que se les está capacitando en informática con un lector de pantalla llamado Jaws (tiburón), donde todo lo que se muestra se transforma a voz, en el fondo lo va leyendo”.
Aunque no se siente un modelo a seguir por personas con discapacidad en general, acota que ha logrado cosas importantes, y que cuando uno se propone metas se pueden conseguir, pero vuelve a recalcar que debe existir un compromiso más fuerte de parte de las autoridades y los empresarios para dar las oportunidades necesarias, especialmente en el ámbito laboral.
Agrega que aún queda mucho por hacer, y hace un llamado a que todos se comprometan más, para avanzar en temas fundamentales de una sociedad que se dice, en vías de desarrollo.