(Archivo 2011) Paulina y Francisco Eguiluz: Luz, cámara... acción
Son hermanos, nacidos y criados en Valdivia, hijos de Ana María Viveros y del concejal Francisco Eguiluz.
Ella, una actriz que ha representado un número importante de personajes en teatro y televisión; uno de los últimos en la controversial serie Los Archivos del Cardenal.
Él, un periodista que ha ejercido en tres de los cinco canales de televisión abierta del país.
Sobre sus inicios en la pantalla, sobre su oficio y, sobre su ahora lejana ciudad natal, hablan estos consanguíneos que marcan presencia en la escena nacional.
LA ACTRIZ
Paulina Eguiluz es una valdiviana de 33 años, extrovertida, buenamoza y, por sobre todo, buena actriz. Tal vez no de las sempiternas protagonistas de las teleseries nacionales, pero sí de las de oficio, de escuela, de vocación.
Su imagen y talento se han dejado ver en diferentes series de televisión, como en Cárcel de Mujeres e Infieles de Chilevisión, y en El Laberinto de Alicia y Los Archivos del Cardenal de TVN, entre otras. En teatro ha participado en numerosas obras, y como si esto fuera poco, también ha vertido su histrionismo en la pantalla grande
Y como toda historia tiene un principio, la de Paulina comenzó a ‘rodarse’ el 4 de octubre de 1978 en Valdivia, ‘locación’ donde desarrolló su niñez y adolescencia con plenitud y alegría, así como su etapa de estudiante en el Windsor School. “Tengo los mejores recuerdos del colegio, lo pasé increíble. Siempre tuve fama de desordenada, pero la verdad, era una alumna de promedio 5.9, muy participativa. Hice ballet, gimnasia olímpica y voleibol, y en cada una de esas disciplinas siempre me destaqué. Sana, no tomaba ni vino en ese tiempo, además fui presidenta del centro de alumnos un año, etc. Era súper comprometida con el colegio, pero parece que ser un poco más extrovertida hacía que se prejuiciara para el otro lado”, recuerda.
Al terminar la enseñanza media no tenía muy claro en qué área desempeñaría su futuro laboral, pero optó, finalmente, por hacerle caso al corazón: “la verdad, me tiraba mucho estudiar derecho, pero siempre tuve el bichito del lado artístico. En la época del colegio hice ballet, danza, toqué piano y tomé un taller de teatro, claramente mi corazón tiraba para allá desde lo más profundo y finalmente la actuación era lo que más me gustaba”.
¡ACCIÓNNN!
Una vez despejadas las dudas sobre su vocación artística, se inscribió en la Escuela de Teatro de Gustavo Meza (Premio Nacional de Artes Escénicas 2007), en Santiago. De ahí en adelante, podríamos decir, comienza la función de Paulina en las tablas nacionales.
Y como si fuera ayer, la actriz recuerda su primera vez en un plató, en el marco de una difícil prueba: “estaba muy nerviosa, fue mi primer examen en la escuela de teatro, aparte del nervio por la nota que era bien drástico, quiero decir que si te echabas actuación te echaban de la escuela. Estaba el nervio de actuar por primera vez para un público entendido en el tema”, señala.
Está claro que no se echó el ramo, como ella dice, pues su talento e histrionismo hoy hacen gala en distintos formatos y escenarios del ambiente nacional. “Mi debut en televisión fue en una serie llamada Fénix de canal 13, dirigida por el Pelao Herrera y Juan Sabatini, en el año 2004. Lo pasé increíble, era sobre gente que tocaba fondo en la vida y yo hacía a la primera esposa de Pancho Puelma. En teatro he estado como en 7 obras y las que más destaco son Patio, ya que la hice con mis amigas Francisca Villagra, Fernanda Urrejola, Andrea Munizaga, Sofía García y Andrea García Huidobro). Hace poco tuve la oportunidad de entrar a una obra llamada El Amor es un Francotirador, dirigida por Néstor Cantillana, donde tuve el honor de trabajar con gente de la talla de Eduardo Barril, Pablo Schwarz, Paula Bravo, Ariel Mateluna, Claudia Vicuña y con la Coni, que es una niña de doce años preciosa, además de tres músicos maravillosos. Esto fue en el teatro de la Católica. En televisión destaco los dos trabajos que he hecho con Nicolás Acuña que fue Cárcel de Mujeres y Los Archivos del Cardenal. Han sido personajes de mucha carga emocional, con historias terribles, pero que es un placer interpretar, además que trabajar con el Nico es lo mejor”.
Su primera y única experiencia cinematográfica -hasta el momento-, ha sido coincidentemente, en una película filmada íntegramente en su ciudad natal: Ilusiones Ópticas, donde confiesa que lo pasó muy bien en el rodaje: “fue muy entretenido, igual lo que yo hacía era bien pequeño, pero era muy bonito que mi primera experiencia en cine sea en mi ciudad y más encima dirigida por un director valdiviano tan talentoso como Cristián Jiménez, que pronto va estrenar su segunda película Bonsai, que también tiene partes importantes filmadas en Valdivia”.
En su corta trayectoria ha tenido la oportunidad de interpretar disímiles y complejos personajes, de los cuales rescata como los más significativos y entrañables a dos: “En teatro el personaje de la obra Patio, que se llamaba Ema y era la de al medio de cinco hermanas, muy retraída, pero que guardaba un gran secreto. Y en tele, el personaje de Cárcel de Mujeres, que de divertido no tenía nada, pero me gustó mucho hacerlo”.
SOBRINA DE SONIA VIVEROS
-¿Influyó de alguna manera en tu desarrollo profesional tu tía Sonia Viveros, referente obligado al hablar de actuación e ícono indiscutible de las teleseries nacionales?
“Mmmm, algo. No tanto la verdad, por ella conocí este mundo por que uno la veía en la tele o teatro, pero la cosa fue mas personal. Ahora, encuentro que ella era la mejor actriz de televisión que había en Chile, y algo que no puedo entender, es que haya terminado sus años sin pega. Insólito”.
EL PERIODISTA
Francisco, hermano mayor de Paulina, nació el 19 de septiembre de 1973 en Valdivia, “a una semana del golpe”, precisa. Realizó sus estudios básicos y medios en El Instituto Salesiano, donde según cuenta, “fue una etapa inolvidable, no sólo por lo que significa el colegio en sí, sino porque me marcó para el resto de la vida. Varios de los amigos que hice para mi vida son de esa etapa, gente con la que sigo hasta el día de hoy. Además, para mí mi colegio fue súper importante: siempre me sentí identificado con él, lo defendí en el deporte, participé de la banda, en fin…”.
Los estudios superiores los efectuó en la Universidad Gabriela Mistral y en la del Pacifico, donde se recibió como periodista.
De su arribo a la TV, Eguiluz comenta que “es un cuento largo, que se inicia en Valdivia, cuando trabajé en las radios donde compartí con gente como Waldemar Ritter, Pato Colombo, el “Pata”, Joel Carreño, Waldo Jara, Antonio Ormeño, en fin…Con ellos mismos hice tele en Valdivia y luego conduje un programa de deporte aventura en UCV. Luego de eso hice mi práctica en el departamento de prensa de TVN, donde trabajé por siete años. La primera vez en cámara, en un canal de alcance nacional, fue en TVN durante la práctica. Me tocó hacer un móvil de Copa Davis. Estaba algo nervioso, pero me apoyaron harto los del equipo en terreno y salí adelante. Les gustó el despacho y me quedé trabajando y haciendo uno de los móviles de 24 Horas en la mañana”.
EN VIVO Y EN DIRECTO PARA TODO EL PAÍS
Desde aquel debut televisivo a lo largo y ancho del país, comenzó a asomar con fuerza el rostro de este coterráneo en el medio. Partió con los móviles en 24 Horas y luego con un bloque deportivo dentro del informativo del mismo canal, hasta que una circunstancial oportunidad, lo posicionó en el noticiario del ‘canal de todos los chilenos’. “El rol de conductor de noticias se dio porque Mauricio Bustamante un día se enfermó y no había a quién meter en el estudio. Mi jefe me vio a mí y dijo: ya Pancho, a maquillarse, hoy no hay deporte, lees el informativo. Tuve la enorme suerte de conducir todos los informativos del canal alguna vez”, señala.
Un significativo paso por el canal estatal que luego de 7 años decidió dejar para enfrentar nuevos desafíos profesionales. “Me fui a La Red porque me ofrecieron un proyecto de conducción y edición de un matinal informativo; era muy atractivo, pero al poco tiempo me di cuenta que la moto iba para otro lado y al terminar mi contrato lo dejé. De ahí pasé a Mega, estuve en Mucho Gusto y desde el 2007 en el Departamento de Prensa. Ahí reporteo para el noticiero central, pero es habitual que me toque conducir el matinal. Los domingos estoy a cargo de la conducción del noticiario central”.
Así la figura del periodista se hizo familiar en todo Chile, exposición mediática que no le ha traído mayores inconvenientes, todo lo contrario. “Los beneficios son muchos: el reconocimiento de la gente, que de repente te dejen pasar colado a algunos lugares, jaja… Pero costos son pocos, no sé, de repente no poder mandarse un condoro en público, guardar la compostura cuando te insultan, no sé, la verdad son re pocos”.
Sabido es que la televisión es un medio brutalmente competitivo y donde la llamada guerra de egos, a veces solapada, existe. Términos como ‘festival de los codazos’, ‘se le fueron los humos a la cabeza’, etc. son parte de la jerga televisiva que hablan de ‘figuras’ que muchas veces sucumben ante las ‘luces y la fama’. Frente a este tema Francisco es enfático en señalar que “gente lesa hay en todas las pegas. Acá, como se trabaja con la imagen tal vez los egos se exacerban un poco más, pero a los envidiosos no hay que pescarlos no más. Yo siempre me lo he tomado como una pega más, que me encanta y tiene una tremenda exposición pública, pero para creerse estrella hay que ser gil. Acá la única estrella es Don Francisco, el resto somos gallos que trabajamos en al tele nomás”.
Así es Francisco Eguiluz Viveros. Se toma las cosas con calma y disfruta de su presente en TV, plataforma que no le quita el sueño, pues aclara que “me gusta mucho más la radio que la tele. La verdad es que si alguien me dijera hagamos radio, hay donde hacerlo y más encima es pagado, voy remando”.
LA COMPICADA LLEGADA A SANTIAGO
¿Fue difícil dejar tu vida en Valdivia para radicarse en la capital?
Uf, terrible. Pese a que me vine con mi primo Juan Manuel Taladriz, mi mejor amigo desde niño a vivir con su hermano Enrique (otro hermano para mí) igual uno echa de menos su casa, a los viejos, las hermanas, las abuelas, los amigos, la nana, la lluvia, el río… A mis tíos los veía acá… Era como que tenía dos caras la moneda: por uno estudiaba lo que quería y lo pasaba recontra bien en Santiago, pero echaba mucho de menos todo lo que tenía allá.
VALDIVIA POR SIEMPRE
-¿Qué cosas son las que más extrañan de la Perla del Sur y qué les provocan nostalgia?
Paulina: “Lo que más extraño son a mis papás y a mi hermana Fernanda. Pero aunque me maten, lo que me hace extrañar más a Valdivia desde el año 2006, es mi sobrina Jose. Me provoca nostalgia almorzar con ellos, ver tele después de almuerzo, tomar tecito en la casa de mi abuela, esas cosas”.
Francisco: “Como te decía anteriormente: los viejos, abuelas, amigos… la ciudad completa. Las salidas con los amigos, las escapadas a Niebla, caminar por la Costanera, el olor a leña, los partidos de básquetbol del CDV, los asados con amigos y en el Guata Amarilla… La nostalgia es diaria”.
-¿Cada cuánto vienen a Valdivia y qué es lo primero que hacen al llegar?
Paulina: “Antes iba súper seguido, ahora estoy yendo poco, dos veces al año. Lo primero que hago es acostarme en la cama de mi mamá a tomar desayuno con ella”.
Francisco: “Siempre fui una vez al mes mientras estudié; luego, con la pega se hizo más complicado y ya eran tres o cuatro veces al año. Ahora, desde que nació mi hija de dos años, no he podido ir: o se enferma o me da susto que se enferme allá y pa colmo trabajo todos los domingos”.
-Mantienen aún vínculos cercanos con amigos de acá?
Paulina: “Tengo a tres amigas del alma en Valdivia: la Sole, la flaca y la Chechi. Cada vez que voy tratamos de vernos como sea. Ellas tienen niños, y yo voy por pocos días, entonces hay que organizarse bien para vernos, pero normalmente lo hacemos. Son mis amigas de toda la vida y las quiero siempre”.
Francisco: “Claro, algunos de mis mejores amigos están allá. Cada vez que se puede nos vemos, pero como no voy hace rato y ellos son tan flojos como yo, tampoco vienen para acá.
-Al estar en Santiago, y cuando escuchan por casualidad la palabra Valdivia, ¿qué es lo primero que se les viene a la cabeza?
Paulina: “Mi familia y amigas”.
Francisco: “Lo bien que lo pasé allá”.
-Imagino que el apoyo de sus padres ha sido importante en su formación personal y profesional. ¿Qué podrían destacar al respecto de ellos?
Paulina: “Es difícil para los papás que uno se quiera dedicar a esto, ya que la gran mayoría de las veces hay poca pega y una anda al tres y al cuatro, pero es tanto lo que uno ama esta pega, que yo creo que ellos lo notan y me apoyan siempre. Sé que les preocupa que no tenga AFP ni Isapre y todas esas cosas, y los entiendo mucho; pero opinan hasta no invadir mis decisiones y eso es fantástico. Además sé que cada vez que hago teatro o algo en tele, se ponen muy orgullosos”.
Francisco: “Mi mamá me aportó en la constancia, el ser metódico y el amor a lo que hago. Mi viejo el amor al deporte y el saber que por la pega hay que desvivirse y apasionarse a concho”.
-¿Cómo es la relación entre ustedes, ¿se ven regularmente?
Paulina: “Nos vemos harto, tratamos de almorzar los domingos con mi cuñada, mis sobrinitas lindas y con mis primos Taladríz. Somos apatotados y lo pasamos muy bien. Con Pancho nos llevamos bien ahora de grandes, igual que con mi hermana Fernanda. Encuentro que él es un gran periodista, donde lo pongan sabe de lo que habla, es completo, entretenido y buenmozo, y aunque suene superficial, en la televisión es fantástico que seas inteligente pero mejor aún si esa inteligencia va acompañado con ser buenmosito”.
Francisco: “Extraordinaria. La quiero tanto como a la Kuky, la hermana que está allá. Claro que con la Pauli, por una razón de cercanía física, el contacto es harto más frecuente. Nos vemos los fines de semana, al menos dos al mes. Nos juntamos mucho con mis primos que viven acá, así que es bien familiar la cosa”.