Doctora María José Puga, Presidenta del Colegio Médico de Los Ríos: “VEO MUY DIFÍCIL ESTO DE VOLVER A LA ‘NORMALIDAD’ EL PRESENTE AÑO, NI SIQUIERA EL PRÓXIMO”
En enero de 2021 asume el liderazgo del
gremio en el contexto menos favorable de la crisis sanitaria, sin duda una
exigencia mayor de la cual sostiene que “nosotros tenemos una gran
responsabilidad social en ese sentido”.
Indica que desde la semana pasada
vivimos los momentos más difíciles de toda la pandemia, y consultada sobre las
medidas implementadas por las autoridades para enfrentarla, manifiesta que
“lamentablemente no han
escuchado lo suficiente las opiniones de los expertos respecto al manejo de un
problema de salud pública de esta magnitud”.
En entrevista con Temporada, la
facultativa aborda diversas materias del área de la salud, que hoy,
literalmente, está en “emergencia”. Además se refiere a los desafíos de la
actual directiva del Colmed, y a su labor como jefa de la Unidad de Cuidados
Paliativos del Hospital Base de Valdivia: “es un trabajo muy gratificante porque está
lleno de humanidad. El contacto humano siempre nos hace mejores personas”,
expresa.
-Desde el inicio de la pandemia muchos pensamos,
ingenuamente, que la situación crítica no duraría más de un año, y hoy, en
abril de 2021, estamos peor que nunca. A su juicio, ¿estamos en período más
grave o se vienen semanas aún más complejas?
“Yo siempre,
por mi propia especialidad –soy paliativista y trabajo con enfermos terminales-
tengo la tendencia a ser muy optimista, y siempre creo en la esperanza aunque
la situación sea muy sombría. La verdad es que estamos en un punto muy álgido
con un gran número de contagios y, claramente, eso nos tiene en el momento más
difícil que hemos vivido en toda la pandemia, tanto en Valdivia como en todo el
país. Creo que esta esperanza está dada por el tema que podamos, de alguna
forma, disminuir esta tendencia, por un lado mejorando lo que es la trazabilidad,
mejorando la comunicación de riesgo y, sobre todo, con que podamos tener una
cobertura amplia de vacunación que nos permita disminuir los enfermos graves y
las muertes por Covid”.
-¿Qué factores han provocado este adverso escenario?
“Yo creo que
aquí ha habido un manejo que no ha sido el mejor. Desde el comienzo siempre
hemos dicho que más que tratar a los enfermos, hay que evitar los contagios.
Eso pasa por un sistema de testeo, o sea, de pesquisar a los enfermos, de
trazar a todos sus contactos y aislarlo, que es mucho menos costoso socialmente
y económicamente que tener a toda una población en cuarentena. Eso,
lamentablemente, no ha podido realizarse en forma eficiente en nuestra región y
en todo el país, y a eso se suma una comunicación de riesgo que no ha sido la
mejor, la verdad, ha sido desastrosa.
En el fondo, la población muchas veces no escucha lo que hay que escuchar
en una situación de crisis tan grave. Estamos mal y el sistema sanitario está
colapsado, lo que contribuye a que una población cansada se relaje. También
nuestra capacidad hospitalaria tiene un límite y, claramente, no puede dar con
el alto número de contagios que tenemos en este momento”.
ESCUCHAR
A LOS EXPERTOS
-¿Qué le parece el criterio adoptado por las autoridades
nacionales y regionales frente a la crisis sanitaria, las medidas
implementadas, muchas veces fuertemente cuestionadas por la ciudadanía?
“Yo creo que,
lamentablemente, las autoridades no han escuchado lo suficiente las opiniones
de los expertos -epidemiólogos, infectólogos, atención primaria, intensivistas,
urgenciólogos- respecto al manejo de un problema de salud pública de esta
magnitud. Como dice su nombre es un problema de salud y hay que escuchar a los
que saben de salud. Entonces, una crisis de esta magnitud, creo que no puede
ser manejada con una sola mirada, hay que considera aspectos sociales,
culturales, demográficos, y por supuesto, también los económicos; pero pienso
que las autoridades le han dado un énfasis excesivo al aspecto económico por
sobre el aspecto sanitario. Falta una mirada más de salud pública que de salud
individual. Además, todos sabemos del excesivo centralismo de nuestro país, y
nuestras autoridades regionales no han tenido la energía ni la autonomía para
tomar decisiones considerando nuestra realidad local, sobre qué nos pasa a
nosotros en la región de Los Ríos y a los valdivianos con la pandemia”.
-¿Hay un vínculo participativo,
colaborativo, entre Colmed Los Ríos y la Seremi de Salud de la región?
“Desde que
asumimos con la directiva en enero, tratamos de reactivar esta mesa Covid en la
región para poder trabajar, justamente, con una mirada más compartida con
nuestras autoridades, y eso logramos hacerlo en marzo y hemos tenido ya tres
instancias de reunión donde hemos podido escuchar a distintos expertos, a las
autoridades regionales, y de alguna forma hacer notar también nuestra mirada.
Me gustaría que los resultados hubieran sido más notorios. Hemos tenido algunos
avances y retrocesos y, claramente, es algo que hay que seguir
trabajando”.
-Se critica mucho la sensación de
confianza que el gobierno ha generado en el país, entro otros hechos, tras la
masiva aplicación de vacunas. ¿Comparte usted estas críticas?
“Por supuesto. El pensar que al usar la vacuna permitiría volver a la
vida tal como la conocíamos previamente, y en el fondo liberar muchas
restricciones respecto a medidas que sabemos que ayudan a evitar los contagios,
y el excesivo exitismo de este discurso que ‘estamos
vacunando, somos los mejores y estamos por sobre otros países’; hizo que la
población creyera que estando vacunados no se iban a contagiar, y eso no es
así, y por supuesto estamos viendo las consecuencias y un alto número de
contagios. Las vacunas funcionan para lo que siempre se dijo que funcionaban,
pero lamentablemente las vacunas no nos van a ayudar a volver a recuperar la
vida tal como la teníamos previamente”.
LA
REALIDAD DE LOS FUNCIONARIOS DE LA SALUD
-En la actualidad se habla mucho del cansancio, agobio y
estrés de los funcionarios de la salud, puntualmente de los que están
trabajando en estos difíciles momentos en los hospitales de nuestro país. ¿Cómo
observa está situación a nivel local?
“El personal
de la salud está sometido a presiones de distinto tipo y, claramente, hay un
aumento en la carga de trabajo. También está la presión de trabajar en áreas
que no son de su competencia: médicos especialistas en niños, tratando a
adultos; médicos cirujanos tratando neumonía. Eso es una presión importante.
También están sometidos a esto que se llama “agotamiento por compasión” por
acompañar a enfermos graves que mueren solos, lo que produce un estrés
emocional. Se suma a esto las pocas dotaciones y muchos turnos, muchos colegas
con licencias médicas por distintas causas o colegas que están con medidas de
protección por riesgo de contagio, y todas esas ausencias se traducen en una
sobrecarga de trabajo secundario del equipo de salud. Hay que sumar a eso la
preocupación que tenemos todos de no contagiar a nuestros hijos, a nuestras
familias, porque estamos expuestos, estamos atendiendo a pacientes con Covid.
Creo que en esta situación tan dramática, también se ha sumado al gremio
de médicos del sector público, la falta de reconocimiento de las autoridades de
la labor en especial de éstos; hay muchos colegas sin recibir asignaciones, se
disminuyeron los programas de especialización y se suman a veces mensajes
dolorosos, poco adecuados, como que colegas se contagian por bajar la guardia,
y las palabras al final tienen una carga importante cuando uno está
sobrecargado, y esta falta de tacto afecta mucho. Los médicos de los hospitales
no recibieron este bono Covid que se les da al personal de salud, y se ve esto
como una discriminación, no tanto por el monto económico que eso significa,
sino por la ausencia de reconocimiento del trabajo y sacrificio que se ha hecho
en estos meses. Entonces, el personal de salud esta agobiado, cansado, y nos
encontramos con esta visión dicotómica en que uno se esfuerza una semana más
para ayudar a todos estos pacientes que llegan, y por otro, lado personas que
pudiendo quedarse en sus casas, salen, van a fiestas clandestinas o se
contagian como si no pasara nada. Son dos realidades paralelas que producen un
agotamiento adicional”.
LOS
“PORFIADOS DE SIEMPRE”
-Dentro de esta crisis sanitaria han surgido términos que
no estaban en nuestro vocabulario y que hemos acuñado en el día a día. Dentro
de estos, “los porfiados de siempre”, aquellas personas que infringen las medidas
y normas sanitarias, fiestas clandestinas, reuniones sociales, cumpleaños,
deportes, etc.- En este sentido, ¿cómo ha observado el comportamiento de los
valdivianos, de los ciudadanos de Los Ríos?
“Yo diría que
hay como dos etapas al respecto, ya que el comportamiento ha variado en el
tiempo. Al comienzo de la pandemia -estamos hablando de abril, mayo, junio-,
sobre todo cuando en Santiago estaban con muchos casos y mortalidad, la
población en Valdivia estaba más asustada y seguía las medidas y se quedaba en
casa. Había poca movilidad, y como este virus necesita a las personas para
transmitirse, también había baja circulación viral y bajo contagio. Luego
empezó este plan del Paso a Paso con
medidas contradictorias, recuerdo el famoso Fondéate
en Casa, cuando estábamos bastante tranquilos y pensando que no ver a
nuestros seres queridos en esas fiestas era algo esperable por la pandemia, y
luego nos dicen que sí nos podemos juntar.
Después, los criterios de desconfinamiento poco coherentes con la
evidencia científica sobre la transmisión viral; aparecieron los permisos de
vacaciones, la apertura de casinos, gimnasios, y estas discrepancias se han
sumado al cansancio de la población, este agotamiento pandémico que la gente
después de una año ya no quiere seguir las medidas y quiere recuperar su vida
normal. Se suma la baja credibilidad que han ido adquiriendo las autoridades,
produciendo que no se sigan las instrucciones básicas, por lo que se siguen
haciendo reuniones en espacios poco ventilados, se mantiene una alta movilidad
y eso lleva a la alta circulación viral, contagios y los casos graves y muertes
que tenemos actualmente en nuestra región”.
-¿Qué se puede hacer o decir para que las personas
entiendan que hay que extremar los cuidados y acatar las normativas?
“Es complejo,
porque de alguna forma hay un cansancio. El mensaje lo han escuchado tanto que
las personas ya están cansadas de éste. Yo estoy muy cansada y puedo entender
que otras personas en sus casas también estén agotadas, pero lamentablemente
nos ha tocado un período de vida que no es sencillo. Quiero llegar a un ejemplo
para que la gente pueda entender: los que mejor han vivido estas medidas son
los adultos mayores, si bien han sido más adherentes con las medidas, es porque
ellos tuvieron una vida mucho más dura que la que hemos tenido nosotros; ellos
experimentaron más sacrificios en todo sentido y tuvieron mucha más dificultad
para acceder a la educación, y para ellos todo este mundo de ahora es un
regalo. Creo que nuestra población está poco acostumbrada a este sacrificio, y
lo que les estamos pidiendo es que se sigan sacrificando por el bien de todos”.
-También hay voces
negacioncitas frente a lo que consideran una “plandemia” conspirativa. Y no son
pocos…
“En
mi postura de médico siempre trato de entender al otro, en este sentido, por
qué hay gente que se adhiere a estas creencias, y una de las explicaciones que
encuentro, es que psicológicamente siempre es más fácil negarse a los hechos,
no enfrentarlos. Cuando a uno le dan una mala noticia, lo primero que dice es ‘no, no es cierto’, y claro, porque
hacerse cargo de un problema colectivo tan grave, complejo y doloroso, exige
salir del área de confort, dejar el egoísmo de lado y hacerse cargo de un
problema común. La tendencia será justificarse y ver lo que quiere ver,
escuchar lo que quiere escuchar. Por eso que todas estas teorías hacen eco en
muchas personas que están en esta etapa de negación, que no quieren tener
problemas.
Es por eso que los invito a ampliar la
mirada, a escucharnos a todos, no sólo al que dice lo que yo quiero escuchar,
sino que escuchar distintas visiones y darse cuenta que éste es un problema
común, un problema de todos”.
-Todos se preguntan y especulan hasta
cuándo durará esta pandemia; cuándo será el día en que volveremos a la
“normalidad”, a vivir relativamente tranquilos sin el acecho de contagios y
muertes. La pegunta del millón, sin duda.
“Veo muy
difícil esto de volver a la “normalidad” el presente año, ni siquiera el
próximo, hasta que esta infección se vuelva endémica y tengamos un nivel de
estabilidad de los contagios. Las vacunas nos protegen de enfermarnos
gravemente y de hospitalizarnos, pero no protegen de los contagios, por lo
mismo, tenemos que mantener las medidas de cuidado para evitarlos: mantener la
distancia física, evitar las aglomeraciones, lavarnos las manos constantemente,
etcétera. Esto implica todas las actividades que nos gusta hacer: ir al cine, a
la iglesia, a un gimnasio, al estadio… Debemos preocuparnos, ahora que viene el
invierno, de ventilar los espacios cerrados, porque éstos mantienen la
transmisión viral; también mantener el uso de mascarillas frente a otras
personas. Creo que esto va a ser difícil de suspender, como se creyó en un
principio con la vacunación”.
COLMED
LOS RÍOS
-¿Cómo han sido estos tres
meses liderando el gremio, considerando que asumió en plena pandemia?
“De
verdad que han sido meses intensos, como usted lo ha dicho, la pandemia ha
absorbido toda la agenda de nuestra directiva y no hemos podido desarrollar en
plenitud otros temas menos contingentes, pero muy relevantes dentro de nuestra
gestión. Claramente han sido meses intensos”.
-En este contexto, un
desafío aún mayor.
“Exactamente.
Las exigencias son mayores y hay que estar todo el día pendiente. De una u otra
forma, como gremio, tenemos que estar presentes dando nuestra opinión técnica
respecto a qué es lo mejor para nuestra comunidad, que son nuestros pacientes
también, y no podemos estar callados ante esa situación. Nosotros tenemos una
gran responsabilidad social en ese sentido”.
-¿Cuáles son los desafíos
y metas que pretende alcanzar en su período?
“En
realidad la pandemia nos ha absorbido bastante. Propusimos nuestra lista y uno
de nuestros objetivos era recuperar el Colmed como un espacio de desarrollo y
crecimiento profesional y gremial para todos los colegiados de esta región. El
Colmed había estado bastante ausente e invisible, y eso significa, por un lado,
aumentar la participación de los colegiados mediante asambleas y encuestas.
Con esto de la pandemia estamos muy
limitados por el tema de lo presencial, pero además estamos trabajando en
resucitar y crear distintos departamentos, justamente, uno de género y
medioambiente que tiene mucho que ver con la contaminación en nuestra región;
el departamento de políticas públicas y constitución, sobre todo ahora que
viene la elección constituyente; el departamento de médicos mayores, etcétera.
Y en ese sentido también queremos generar y potenciar espacios para el
desarrollo en aspectos culturales y deportivos de nuestros afiliados, y
potenciar el trabajo colaborativo con otros colegios profesionales, y tal vez,
en ese sentido, la pandemia nos ha ayudado a aunar esfuerzos, y afortunadamente
los colegios profesionales tenemos ideas similares respecto a esto. Además,
trabajar mucho para la comunidad de nuestra región”.
ACOMPAÑANDO HASTA EL FINAL
-¿Cómo es su día a día como paliativista
el Hospital Base de Valdivia? Una labor muy sensible al cuidado de personas con
enfermedades graves, terminales. Muy cercana a la muerte.
“Uno no lidia con la muerte, acompaña. Aquí no hay una pelea ni una
guerra, sino que uno está ahí para ayudar en todo lo que pueda. Tal vez es
mucho más aliviador que otras especialidades médicas en que uno sabe que no
llega a salvar a la persona, a mejorarla, sino que sólo está ahí para ayudarla,
acompañarla, y evitar que sufra. En ese sentido es un trabajo muy gratificante
a la vez, porque está lleno de humanidad. El contacto humano siempre nos hace
mejores personas. No es un agobio trabajar en cuidados paliativos, todo lo
contrario, creo que los paliativistas hemos estado mucho mejor preparados que
otros especialistas para este año tan duro, porque nosotros trabajamos con la
parte más oscura de la vida, de la enfermedad, que es la cercanía con la
muerte”.
-Y a usted, ¿cómo le ha afectado esta pandemia, tanto en lo
profesional como personal?
“En lo
profesional, tal como lo decía, la pandemia ha hecho más visible mi
especialidad. La muerte se ha vuelto muy real para muchos colegas, con la
necesidad de que los médicos ayudemos a los pacientes a morir con el menor
sufrimiento posible. Esto también ha implicado muchos desafíos. Yo trabajo en
la Sociedad Médica de Cuidados Paliativos, en el reconocimiento de la
especialidad que también ha sido un gran trabajo, en los aspectos gremiales.
Ha habido mucha demanda en lo profesional que, claramente, ha llevado a
un sacrificio de lo que es la vida personal y familiar, afortunadamente, mis
hijas están grandes. Pero todo en algún momento se cobra y se paga, porque ha
sido muy agotador.
-Finalmente,
un mensaje a la comunidad para enfrentar el largo camino que falta por recorrer
en esta indeseada pandemia el Coronavirus.
“Bueno, voy a tomar prestadas unas palabras de un
colega, el doctor Cuminao, que es el presidente regional del Colegio Médico de
La Araucanía. Él dice que ‘en esta
pandemia nadie está a salvo hasta que todos lo estemos’. Yo creo que ése es
el mensaje, que es un problema de todos”.